lunes, 13 de mayo de 2013

Alimentos para la sangre

Las células sanguíneas necesitan nutrientes específicos para su correcta formación y desarrollo. Una sangre bien alimentada supone un organismo sano y resistente, con capacidad y fuerza para desarrollar su actividad sin cansancio y también para responder frente a las infecciones. 

La alimentación debe atender estos requerimientos a lo largo de la vida y, en especial, durante determinadas etapas como son el embarazo, la lactancia y las etapas de crecimiento infantil y adolescente. También las mujeres en edad fértil precisan una alimentación equilibrada que reponga las pérdidas menstruales y que debe ser especialmente rica en hierro y en vitamina C, con el objetivo de facilitar la absorción del mineral.


Las vitaminas y minerales que colaboran en la formación de las células sanguíneas son: · 


  • Ácido fólico: Es necesario para la formación y la maduración de los eritrocitos (glóbulos rojos) y los leucocitos (glóbulos blancos). 
  • Vitamina B6: Es importante para la formación de la hemoglobina y para la estimulación de las defensas. · 
  • Vitamina B12: Junto con el ácido fólico, la vitamina B12 es indispensable para la maduración y desarrollo de los eritrocitos (glóbulos rojos). 
  • Vitamina C: Estimula la absorción del hierro y aumenta las defensas contra las infecciones. 
  • Vitamina K: Esta vitamina es necesaria para la formación de factores de coagulación de la sangre.
  • Vitamina E: Favorece la supervivencia de los glóbulos rojos porque los hace resistentes frente a los agentes destructivos.
  • Hierro: Es indispensable para la formación de la hemoglobina. Su función principal en el organismo es transportar el oxígeno a las células. 
  • Cobre: Este mineral ayuda a que el hierro almacenado esté disponible para la producción de eritrocitos (glóbulos rojos). Además, estimula la capacidad inmunitaria del organismo. 
  • Cobalto: Fundamentalmente interviene en la formación de los eritrocitos (glóbulos rojos) y la hemoglobina, junto con la vitamina B12. 
  • Zinc: Es importante su intervención en la formación de los linfocitos, responsables de una buena inmunidad. 
  • Yodo: Imprescindible para una correcta formación de eritrocitos (glóbulos rojos) y una buena producción de trombocitos (plaquetas). 



En esta lista de alimentos podemos ver lo que nos aporta cada uno: 

- Hígado: Ácido fólico, vitamina B6, vitamina K, hierro. 
- Levadura de cerveza: Ácido fólico, vitamina B6, vitamina B12, hierro, cobre, cobalto, zinc, yodo. 
- Huevos: Ácido fólico, vitamina B12, vitamina K, vitamina E, hierro. 
- Carne de cerdo y pollo: Vitamina B6, yodo. 
- Legumbres: Ácido fólico, vitamina E, cobre, zinc. 
- Cereales integrales: Vitamina B6, hierro, cobre, cobalto, zinc. 
- Pescados: Vitamina B6, vitamina B12, zinc, yodo. 
- Kiwi, naranja y limón: Ácido fólico, vitamina C y yodo. 
- Frutos secos: Vitamina B6, cobalto, yodo. 
- Espinacas: Vitamina B12, vitamina C, yodo. 
- Leche: Ácido fólico, vitamina B6, yodo. 
- Germen de trigo: Ácido fólico, vitamina B6, vitamina C. 
- Carnes magras: Ácido fólico, cobre, zinc, yodo. 
- Ostras y berberechos: Vitamina B12, hierro, cobre, cobalto, yodo. 
- Patatas: Ácido fólico, vitamina B6, vitamina C, hierro. 
- Col y coliflor: Vitamina C, vitamina K, hierro.

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